(Fuente “EL PAÍS” Alejandra Agudo 12 SEP 2013 – foto: Santi Burgos)

MARÍA ABAD: “Estoy aquí gracias a mis profesores del instituto”


La investigadora del CNIO ha generado células madre embrionarias dentro de un ser vivo. Su trabajo ha sido publicado en la revista “Nature”

 

María Abad es “la chica del momento” en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Así la llaman unas colegas cuando camina por los pasillos camino al comedor. Y no es para menos. Esta madrileña, nacida en el hospital de La Paz —“porque Alcorcón no tenía hospital en los ochenta”— hace 33 años, a escasos metros de donde ahora trabaja, ha conseguido reprogramar simples células adultas en células madre embrionarias dentro de un ser vivo. Después de que Nature haya publicado los resultados, su teléfono no ha dejado de sonar (durante el almuerzo vibra varias veces) y confiesa que tiene decenas de mensajes sin leer. “Estoy abrumada. Estoy acostumbrada a disfrutar de lo que hago, pero no a que tenga trascendencia”, dice.

Abad salpica el relato de su trayectoria de agradecimientos. “He tenido mucha suerte con mis mentores”, repite. Cronológicamente, primero recuerda a sus profesores de instituto, Lola y Antonio. “Menciónalos”, pide. “Creo que estoy aquí gracias a ellos”, explica. Sus maestros despertaron su capacidad de asombro, su curiosidad. “Salí sabiendo que quería estudiar Biología”, dice. Acabó trabajando con Manuel Serrano, director del programa de Oncología Molecular del CNIO, gracias a un correo electrónico. “En diciembre de 2008 leí mi tesis, pero mi pareja, que también es científico, todavía no. Así que decidí quedarme en España y escribí a Manolo. Y así acabe aquí”, sonríe. Los cuatro años que separan aquel momento de su descubrimiento han estado plagados de “fracasos”. “Nos ha costado mucho convencernos de que esto merecía la pena, pero un día vimos una lucecita”. Habla en plural porque insiste en que este éxito no es solo suyo. Y añade dos nombres más a su lista de menciones: “Lluc Mosteiro y Cristina Pantoja”. Comprueba que los nombres de sus compañeras están bien escritos en el cuaderno. “Yo me estoy llevando la visibilidad pero ellas me han ayudado mucho. Este es un trabajo de equipo”.

Abad espera que su hallazgo, que sugiere la posibilidad futura de autoregeneración de tejidos lesionados, sirva como una llamada de atención sobre la importancia de la inversión en ciencia. “España tiene un problema para atraer talento, de aquí o de fuera”, opina. De momento, la bióloga ya planea irse al extranjero. “Porque quiero, no me veo forzada”, matiza. A unos meses de que finalice su contrato el próximo mayo, sueña con trabajar en Boston o Nueva York. “Que nos vayamos a formarnos fuera no es un drama, la pena es que los científicos no podamos volver a hacer ciencia aquí”, añade....