Una pequeña parte de mí

Primero que todo, espero hayan tenido unas felices vacaciones de semana santa. Aquí les dejo con algo que escribí ya hace algunas semanas.

 

Hace un año que no estoy en una relación oficial, muchos pensarán que en realidad no es algo importante salir con alguien a estas edades (tengo 17), y es verdad, hasta una amiga que hice este curso (la llamaremos S.) me dijo que así, soltero, me daría tiempo para mí mismo. Por un tiempo lo pensé de esa manera, estoy bien sin nadie, pero cada vez que tengo bajones emocionales no sé a quién recurrir; entonces hablo con S., ella hace lo que puede y me doy cuenta de eso pero siento que la molesto con mis problemas.

Soy un chico bisexual (aunque diga que soy gay por mi preferencia por los chicos), desde los 13 años lo sé a pesar de que siempre me gustaron algunos personajes masculinos en la televisión y pocos femeninos, ni siquiera me gustaba la niña más bonita de mi colegio («escuela primaria» en Ecuador), o eso decían todos, hasta mi propia familia, por eso me hice creer que me gustaba.

En total he tenido 4 relaciones serias, 3 fueron de pocos meses lo cual hace ver que no es fácil encontrar a alguien con quien sea fácil convivir y puedan tener cosas en común. Haciendo a un lado el hecho de que la aceptación de los demás (normalmente personas cercanas) o de ti mismo al salir del closet por ser gay (aplica para más personas del colectivo LGBT+ pero me centraré en mi experiencia), ya de por sí es difícil, hay que añadir que se nos es más complicado encontrar una pareja. Esto último, que ya lo había mencionado antes, hace que usemos apps que se suponen que son de citas (me incluyo, en su tiempo lo hice), para conocer a otros y ver si surge algo, y digo «se supone» porque la mayoría que usan estas apps son mayores de edad que sólo buscan otro tipo de relaciones y para chicos tan jóvenes de entre 13 a 16 años (aproximadamente) puede resultar en una mala experiencia, pueden ser engañados fácilmente si no saben a lo que se meten y pueden llegar a ser abusados.

Creo que para acabar con casos así hay que dar una educación sobre el tema desde que se comienza la secundaria, así como se debería de dar educación sexual, la cuál no sé si se dé aquí en España porque llevo relativamente poco tiempo en el país, de esta manera se podrían evitar problemas como los antes mencionados.

Y bueno, para finalizar este artículo (si así se lo puede llamar) quiero decirle a los lectores y lectoras (o como se identifiquen) que a lo mejor todavía se estén descubriendo con su sexualidad, pueden hablar conmigo si lo creen necesario y quieran hacerlo, me pueden buscar como Alexander Moncayo del curso H1A, o sea, 1º de Bachillerato de Ciencias Sociales; esto lo digo porque de más joven me hubiera gustado que alguien me explicase varias de estas cosas que al final las he aprendido por mí mismo y no de la mejor manera posible.

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