Bendita inocencia, tan blanca y tan pura. Eres buena, no temas. Haciendo de tus encantos, benévolos cantos de lluvia, atrayendo así las más pura lujuria. Lujuria que no me dejas tener y que deseo ansiosamente. Vente a verme mas a menudo. Te necesito. Estoy sufriendo. Pégate a mi como el perfume a la piel dejándome su aroma…